Mi vida en aldea rusa. Verano.

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Actualmente estoy en casa rural en la provincia de Kaluga muy cerca del nuevo territorio de nuestra capital, asimismo estoy a sus ordenes en Rusia Central, así como listo de acompañarles en sus viajes por nuestro país y los cercanos. Sin embargo, siempre con mucho gusto puedo trabajar en todo el mundo, en selva, sabana, desierto, montañas, costas e islas.

Esta página continúa una serie de las páginas web dedicadas a mi vida en aldea en Rusia Central en el norte de la provincia de Kaluga muy cerca del nuevo territorio
capitalino de Moscú y se describe el primer verano mío ahí. Pues bien, según el calendario, el verano en Rusia comienza el primer día de junio, pero es la fecha convencional. Este verano era distinto de los de los años anteriores, pues que en el julio, mes normalmente caliente, fue cierto enfriamiento. Yo no digo frío, aunque para las regiones tropicales de ambas Américas el descenso de temperaturas hasta +12ºC por el día y hasta +7ºC por la noche puede considerarse como "frío", pero aquí, en Rusia, los fríos se comienzan a partir de las temperaturas bajo cero centígrados, mientras que sentimos frío en las temperaturas dichas si no estemos vestidos bien. Además, la naturaleza durante aquel descenso mostraba muchos indicios de otoño. Las hojas en muchas plantas, incluso las en jardines y huertas, se hicieron amarillas, en los bosques cercanos, aparecieron hongos, cuales normalmente cosechamos al fin de agosto, en septiembre y octubre. Por ejemplo, nunca en mi vida eran agáricos - siempre yo los recolectaba en septiembre y octubre. Sin embargo, en agosto el tiempo tibio se volvió. No era +30ºC como en el junio, pero nuevamente nos sentimos el verano verdadero.


Manzanillas (camomilas) y azulejos (aldizas) en mi patio.		Abeto plantado por mi este año entre las flores salvajes en mi patio.


Antes aquí era campo y ahora crecieron varias espigas de trigo.	Azulejos (aldizas) cerca de mi parcela.	Fresas cultivadas de semillas.	Una franja con azulejos (aldizas) cerca del campo sembrado con avena.


Flores de epilobio.	Ramos mas densos y mas oscuros en el abeto son sus propios.


Abetos jóvenes en arboleda de abedules con el tiempo podrán hacerse los dominantes en este bosque.	Avellanas en el bosque.	Este año (2019) eran pocas avellanas. Uno fruto de avellana en esta foto.


Flor campanula.	En el campo cercano, se madura avena.	Hongo boleto castaño.	En el julio de 2019 eran muchos hongos y pocas bayas. En la foto, está frambuesa.


Este hongo no es comestible. Se llama matamoscas.	Aquí, en el río Bukhlovka, viven castores y ellos cortan troncos de los arboles forestales para construir sus diques.		Este verano eran grandes oscilaciones de temperatura durante días y noches, por eso resultaron tales tomates.


		Este balde con hongos, recolecté en el bosque cercano de mi casa en una hora y cuarto.	Los hongos de la foto naterior clasificados por tipos de uso.


Hongos boletos de castaño son mis favoritos. Son muy ricos para freir, para cocinar sopa, para salar y secar.	Pleurotos son muy ricos fritos. La sopa de estos no muy sabrosa. También valen para ser salados.	Boletos ásperos (de abedul) se emplean igualmente como los de castaño (aunque llamamos aquellos hongos boletos de abela (pobo)), pero un poco menos ricos.	Últimamente agáricos comenzaron llamar incomestibles, sin embargo yo los como, pero para prepararlos, hay que inicialmente dejarlos para dos horas en agua, luego cocer en la otra agua hirviente y solo después freir.


	El día 22 de junio encontré primeras flores de epilobio, conocido en Rusia como iván-chai, pues que de sus hojas (en el período de florescencia o florecimiento) preparan una especie de té.	Río Nara en el solsticio de verano (22.06.2023).